Esto es lo que hay.
Retomaré de nuevo el hilo y el espíritu de este cuaderno tradicional, permitidme que ponga una foto de una de las actuaciones, han sido cinco días en los que he aprendido muchas cosas para actuaciones futuras. A partir de aquí hablaré de otros músicos y no de mí. Me dió para escribir una historia verdadera en romance, ocurrida en el pueblo de Teulada en Alicante. Gracias a Vicent Ferrús, Luthier, y a su compañera María José, artista del dibujo y el dorado. Su página Ars facendi.
La historia esta:
El alcalde de poblado
que no diré donde es, no,
en la costa alicantina.
Mandó arreglar el reloj
Que en lo alto el campanario
Tiene la iglesia mayor,
Años ha que no funciona
Y es reliquia de valor
Que ha de otorgar a este pueblo
Buena fama y gran honor.
Llamaron a un relojero,
De los buenos el mejor,
Porque suenen las campanas
Más que en la Puerta del Sol,
Con todos sus aparejos
El artesano subió
Uno a uno los peldaños
Y esto fue lo que encontró.
Al cabo de poco rato,
Entre gran expectación,
El acólito de Cronos
Del campanario bajó.
El alcalde todo ufano
Al maestro preguntó:
“¿ha dejado usted compuesto
El magnífico reloj?”
“por fuera” dijo “son bellos
La esfera y el diapasón
Del mecanismo y sus ruedas
No queda vestigio no”
Desvelemos el misterio
De lo que aquí sucedió:
“preguntaremos al cura
El sabrá lo que pasó”
(Y si no nos lo dijera
Llamemos a Sherlock Holmes)
“vino un día un chatarrero
Y por hierro nos compró”
“debió ser el monaguillo
Que en vino se lo gastó
Del que se toma en la misa
Para la consagración”.
Si la historia no convence
No haré averiguación:
Cosas son las de la iglesia
En las que non entro non.
Mandó arreglar el reloj
Que en lo alto el campanario
Tiene la iglesia mayor,
Años ha que no funciona
Y es reliquia de valor
Que ha de otorgar a este pueblo
Buena fama y gran honor.
Llamaron a un relojero,
De los buenos el mejor,
Porque suenen las campanas
Más que en la Puerta del Sol,
Con todos sus aparejos
El artesano subió
Uno a uno los peldaños
Y esto fue lo que encontró.
Al cabo de poco rato,
Entre gran expectación,
El acólito de Cronos
Del campanario bajó.
El alcalde todo ufano
Al maestro preguntó:
“¿ha dejado usted compuesto
El magnífico reloj?”
“por fuera” dijo “son bellos
La esfera y el diapasón
Del mecanismo y sus ruedas
No queda vestigio no”
Desvelemos el misterio
De lo que aquí sucedió:
“preguntaremos al cura
El sabrá lo que pasó”
(Y si no nos lo dijera
Llamemos a Sherlock Holmes)
“vino un día un chatarrero
Y por hierro nos compró”
“debió ser el monaguillo
Que en vino se lo gastó
Del que se toma en la misa
Para la consagración”.
Si la historia no convence
No haré averiguación:
Cosas son las de la iglesia
En las que non entro non.