Vino hermosa la estación, el invierno de aguas en tromba ha dejado verdes las dehesas, la nieve anuncia un verano fresco a los pies de sus cumbres, en los valles y las campiñas, las amapolas brotarán como burbujas hirvientes de primavera, los senderos se llenan de excursionistas urbanitas en busca del santo grial de la naturaleza, volverán a sus calles embotadas de cotidianeidad sin haberlo conseguido del todo, tras de sí dejarán de nuevo la soledad que trajeron en sus tarteras, las tierras que recorrieron quedaran marcadas con sus huellas de caucho y de impermeable, las vallas retornarán a ser frontera, caprichos de señorito que hoy tienen un dueño en Port Royal. Prohibido el paso, este es el coto vedado de los trileros de las finanzas. Aquí se crían, sin temor al lobo, los fantasmas de la especulación, entre los chaparros y las oliveras, entre la bellota y la hojarasca bursátil. La nieve al fondo en los picos, también tiene dueño.
domingo, 25 de abril de 2010
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