"Aquí te dejo la receta..
ingredientes:
400 a 500 grs de harina
175 grs de azúcar
2 huevos
2 cucharadas de orujo u aguardiente
3 cucharadas de aceite fino
Dos cucharaditas de levadura en polvo
ralladura de un limón.
Batir bien los huevos con el azúcar hasta que estén espumosos, añadir la ralladura de limón,el aceite y el orujo. Mezclar bien y añadir la harina con la levadura, poco a poco. añadir ,si hiciera falta, harina hasta formar una masa ligera, ni blanda ni dura...tomamos trozos de masa un poco mas grandes que una nuez, hacemos una bola e introducimos el indice para formar el agujero central de la rosquilla abriendo un poquito. una vez que están todas formadas ,con el visél del cuchillo hacemos un corte el la superficie de la rosquilla para que al freír se abran por encima, freímos con temperatura mediana,sacamos y cuando estén frías las espolvoreamos con azúcar, Listas para la cata."
No voy a cambiar la orientación del blog hacia las delicias culinarias de la tradición casera. Ni voy a enseñar a preparar dulces caseros, ni rosquillas ni cordiales ni perrunillas u otras sabrosuras de la cocina popular. En primer lugar porque no sé, mis saberes en cuanto a gastronomía tienen más que ver con su consumo que con su preparación. Aún así a este blog que se intitula Rosquillas caseras le hacía falta reivindicar sus raíces, como quien dice retomarse y refundarse ya que llevo tanto tiempo sin escribir nada en él. Así que alguna vez que otra aparecerá una que otra receta de la cocina tradicional, sin otro ánimo que el de encontrarme yo por estas sendas de lo que siempre conocí.
No voy a escribir sobre la autenticidad de lo de ayer, ni del escaparate de hoy, siempre hubo apariencias y sencillas verdades. Ni lo verdadero ni lo falso dejan de ser las dos caras de la moneda de nuestra esencia. Las verdades al igual que las mentiras son muchas y difíciles de sostener. Cuesta sostener la verdad como cuesta instalarse en la mentira, aunque en una y otra se afirma la conveniencia. No todo aquello que tenemos por verdad lo es, ni todas las mentiras evidencian falsedad, porque tan sólo tiene que situarse uno en la piel del otro para ver las distintas maneras de observar y apreciar que tenemos unos y otros. No depende tanto de la certeza objetiva sino del modo que las cosas nos entran por los ojos.
Hoy tan sólo quería disfrutar de la visión de unas rosquillas que no echaré a la sartén. Quizá algún día me decida a prepararlas. Y quizá a alguien sirva esta receta, si las hacéis algún día acordaos de Eva.
Seguiré escribiendo lo que se me pase por la cabeza, como la receta de las rosquillas caseras aquí hay opiniones para todos los gustos y esta es la mía.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
lunes, 22 de abril de 2013
Los Mayalde.
Los Mayalde.Decir algo más de esta familia de trashumantes
de la música de raíz, después de tanto tiempo subidos a un escenario, no parece
que vaya a descubrir nada nuevo. Ni para aquellos que los conocen de antiguo,
ni para quienes recién terminan de saber de ellos. Para quienes los conocemos
en el término medio y con pocos datos, salvo los de haberlos visto actuar en
unas cuantas plazas y salir por la puerta grande en todas ellas. Alzados por
los brazos y los vaivenes de un público
entregado a las danzas del norte y del sur, a los vientos y compases del este y
el oeste. Como en un fantástico cuento de Oz que une todos los caminos de todas
las periferias. Y no habla de magias su mundo, que bien tangibles se muestran
sus realidades, al ritmo de los utensilios,
objetos y materiales más cotidianos, cotidianos en un ayer que acercan al
instante en el que vivimos. Tienen sus espectáculos un eclecticismo de
antigüedades muy sabroso, muy digerible y comprimido en el espacio, puede el
espectador sentir emociones que lo trasladen desde las llanuras del neolítico hasta
las bodegas de los sus bisabuelos. Abordan la música y la palabra como los
actores del teatro griego y romano. Desde la tragedia al mimo con toda la carga
de superstición espiritual y tangible del melodrama en el romancero de ciegos y
pícaros. Se sitúan y sitúan al espectador en una suerte de rito iniciático que
trasciende esta o aquella cultura. Oficiantes de una comunión de gentes de hoy
con un pasado que se trasmite en la voz y los gestos rítmicos que continúan la vida.
Quizá sea mucho decir que el trabajo no es sino la acción necesaria para llevar a término cualquier
empresa, y su empresa es cierta y elaborada, entretener manifestando aquello
que es consecuente con lo que importa. Dicen, ellos: que al cantar, en nuestras tradiciones, vivimos al menos tres
veces, por aquellos que cantaron, por nosotros mismos y por los que cantarán
nuestras canciones. Emocionalmente no
andan errados, vivimos las ilusiones y los sentimientos de quienes ya las vivieron y aquí las dejaron para nosotros.
Puede que no supiéramos recogerlas, e incluso en algún momento las
despreciamos. Pero diremos en nuestro descargo que no sabíamos lo que hacíamos. No nos
habíamos parado a pensar en todo lo que de nosotros mismos y en nuestro auxilio
tenían guardado estas enseñanzas. Mayalde lleva mucho sabiendo esto. Pilar, Eusebio,
Eusebio, Pilar. Laura y Arturo. Los cuatro en presente de indicativo marchoso. Entre
tinajas y bites.
jueves, 18 de abril de 2013
Del valle de Polaciones.
Amo las letras.
Escritas. Dibujadas. Pensadas.
Los abecedarios. Infantiles. Antiguos.
Las palabras. Dichas.
Los Diccionarios. Nuevos. Viejos. De autoridades. Temáticos.
Telemáticos.
Los opúsculos. el Opus también tiene culo. Gramaticales.
Los libelos. En verso.
Los panfletos. incendiarios. Partidarios. Partidistas.
Inamovibles. Sesgados.
Los vademécum. Ciertos.
Los pliegos sueltos. Pregonados.
Las hojas volantes. Apresuradas.
Las notas a pie de página. Citables.
Al margen. Inteligentes.
Las glosas. Precisas.
Los avisos al navegante. Leales.
A la comunidad. Científica. De propietarios.
Los libros de cuentos. Troquelados, ilustrados. Secos.
Los libros. Todos. ¿Todos?. ¿Mi Lucha.....?
los cuadernos. Clasificados. Pintarrajeados. Ordenados. Matemáticos.
Los álbumes de cromos. Deportivos. Para niñas. Para niños.
Sin género.
Los catálogos. Recortables.
Las revistas. Chismosas.
Equis y griega y zeta. Ad infinitum.
Tus cartas. De amor.
En el papel y en la pantalla.
Amo las letras.
Mi amor a las letras, supongo, a la palabra en verso, a los
romances y otras expresiones escritas, populares hace que pasen por mis manos
algunas que pocos han visto. No es que eso me enorgullezca especialmente. Me
satisface poder leerlas. No tiene la mayor importancia llegar el primero. Lo
que importa es llegar. Y si me apuran ni siquiera. Lo que de verdad tiene sentido
es emprender el camino. Habrá sendas que
por más que transitemos jamás nos llevarán aparte alguna. Pero mientras hayamos
estado haciendo ese camino habremos estado vivos. No tiene objeto arrepentirse
de no haber llegado. Se fue. No llegar no impide que las jornadas se
terminen. Cada llegada es el comienzo de
una nueva andadura.
Gracias a Angelines una señora de Polaciones, valle de Cantabria,
ha llegado hasta mí este librito de
Poesías de un purriego que en el año veintiuno del siglo pasado, emprendió
viaje a Cuba. Titula así sus versos: “En mi viaje a América en el año 1921.” POESÍAS de Francisco de Cossio Gómez. De Puente
Pumar POLACIONES. (Santander).
Partía del puerto de Santander a las cuatro de la tarde del
19 de enero de 1921, en el vapor “Reina María Cristina”. Cuyo final de la
singladura era el puerto de Veracruz en Mexico.
En él desembarcaría “tras veintiséis días en el mar”.
“Del valle de Polaciones,
provincia de Santander
he salido y voy a ver
si escribo cuatro renglones.”
Es toda una declaración de principios. Obviando que hoy no hay una provincia que se
llame Santander si no una comunidad autónoma denominada Cantabria cuya capital
es Santander.
Salir del valle a ver mundo y contarlo. Dirán los purriegos
que ellos de suyo siempre fueron muy viajeros y curiosos por saber lo que hubo
en el mundo fuera de sus fronteras. Mejor que yo otros podrán contar los pasos
de algunos de sus paisanos en senderos de aventuras extranjeras.
Yo sólo vengo a hablar del libro, de un libro pequeño y muy
saleroso. No ganaría el premio nacional de poesía nuestro Don Francisco de
Cossio Gómez. Pero si un lugarejo en el corazón de las gentes. De sus gentes
seguro. Aquellos para quienes escribió sus versos, buenos y regulares, y el
cariño del valle de quienes lo habitan y de quienes siempre de paso por ellos los estimamos nuestros. Encariñarse por
los lugares que uno cruza. Calidad del viajero que tiene raíces en el aire. Muchas
son las raíces del caminante.
“Pero en que vamos a dar
Yo soy amante del verso
Nacido en el Universo
Para andar y navegar.”
Sigue nuestro y medita, viajero en su singladura de días continuados de malas condiciones meteorológicas y después de contar sus vivencias cotidianas
como pasajero. Se plantea esta reflexión:
“Todo el que piense en el Mundo,
sin sufrir, ser apreciado,
vive muy equivocado,
no he conocido a ninguno
por la tierra que yo he andado.”
Y concluye su primera parte al término del trayecto. Cuando después
de dar hora exacta de su avistamiento de tierra cubana.
“A las doce de la noche
Del día ocho de febrero….
…………………………………..
La Habana a través del mar
La habana de los ensueños.”
Quedan una segunda parte y un prólogo. Así lo titula.
(Continuará.)
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